¿Y las madres e hijas de las victimas?

Por supuesto que no tiene la culpa la madre del “Chapo” de lo que haga su hijo, tiene el mismo derecho a ser saludada por el presidente como cualquier madre o hija de las victimas de crímenes, pero a ellas les da la espalda, las ignora, les puso la rifa del avión el mismo día de la marcha, para las victimas no hay consuelo, no extiende la mano, mucho menos las recibe, para las madres de los criminales y para el mismo criminal se ha vuelto un manso cordero.

Se les ha olvidado a sus defensores que hasta su propia esposa tuvo que ser sometida y obligada a no simpatizar con las mujeres de este país que pidieron un alto a la violencia de la cual estamos tan hartos como de políticos que solo dicen y no hacen, que simpatizan mas con criminales que con las victimas y de seguidores que aplauden hasta que ellos mismo se convierten en victimas.

En este momento de crisis por un pandemia es cuando debe hacer lo correcto pero hasta hace unos días llamaba a salir a las fondas, abrazarnos y besarnos cuando eso es lo que mas esparce el virus, el mismo podría estarlo esparciendo desde que tuvo contacto con el gobernador de Hidalgo, pero poco le importa lo importante el anda en lo suyo, rifar un avión.

Hace apenas unos días en la cámara se presento un punto de acuerdo para por fin quitar el dinero a los partidos, y ni un solo diputado de Morena votó a favor, usaron la aplanadora para dejarlo plenamente claro, no les importa, ese dinero podría abrir hospitales, darle a científicos herramientas para que se preparen o cuando menos medicamentos a niños con cáncer.

Lo que molesta no es que tienda la mano a la mano de un delincuente, es que por humanidad le tienda esa mano a las victimas de este país, empezando por los niños con cáncer y de pasada por la madre de una hija asesinada, o un huérfano de madre por la violencia que cada día se ensaña más con las mujeres. Y desatar la ira de los seguidores de AMLO me tiene sin pendiente, dense, los leo que para eso son las redes sociales

Columna por César Langarica Santana.