Que regrese “Mochilas”, lo que se llevó.

Ese es el único grito que encontrara Alfaro a su paso por las calles, tenerlo cerca le augurará el odio de miles de vallartenses que todavía no olvidan que vendiera, calles, el rastro, el registro civil que malbarato en novecientos mil pesos y ahora es un enorme edificio que se vende en millones de pesos cada departamento, pero esa sólo es la punta del Iceberg, bien haría en aclarar cual es su patrimonio real y poder saber de donde salieron los recursos para adquirir lo que hoy tiene.

Ave de mil tempestades Ramón logró algo que parecía imposible lograr unir hasta a sus amigos para sacarlo de Vallarta, hoy hasta Luís Munguía sabe que para ganarse a la gente hay que hablar mal de su antiguo protector y mentor, las historias entre ellos sólo ellos las conocen, pero lo cierto es que Ramón es un sujeto colérico, pierde el control de sus actos rápidamente, su forma de ser amable y buena gente es una pantalla que usaba para ganar votos, así amenazaba a sus propios regidores si no accedían a sus órdenes.

La sombra de saber ¿Dónde esta “Beto”? la llevará por siempre, era su acérrimo enemigo, cuando desapareció le resultó un alivio, nadie más se atrevió salvo Susana Carreño a contradecirlo, la sombra de que las amenazas que “Beto” afirmaba, le sentenciaba Ramón Guerrero parecían no ser solo eso, hoy nadie habla del tema, “Mochilas” parecía que vivía feliz su exilio al grado de ir a comprar una lujosa casa en Nuevo Nayarit y el verlo reunido con el grupo político del Gobernador en Vallarta activó todas las alarmas.

¿A que regresa Ramón Guerrero? Esa incógnita despierta y reaviva el odio que la gente siente por el, tenerlo cerca del gobernador dirige todo ese odio a su investidura, si aún así decide cargar esa pesada loza sobre su espalda tenemos asiento de primera fila para poco a poco y con mucha paciencia ver todo lo que se le viene al ave de tempestades que es “Mochilas”.

Columna por: César Langarica