A Nuevo Vallarta le urgía cambiar de nombre.

Surgió de una demanda ciudadana y de sectores económicos, así lo afirma Mirtha Villalvazo, seguro si les pregunta a los habitantes de Valle Dorado dirán que calles sin baches, si pregunta en San José, San Vicente, Valle de Banderas escuchará que mejores calles, agua que no parezca lodo saliendo de las llaves o quizás que no tengan que vivir entre ejecutados, robos, inseguridad, para ella y el gobernador la prioridad es que Nuevo Vallarta se llame Nuevo Nayarit. Lo primordial para Bahía es mayor turismo, que esté gaste más y que deje una gran derrama económica, que se vaya a cada rincón de Bahía disfrutando de lugares bellos, seguros, que no sólo los turistas también quienes ahí viven digan que viven en un lugar de primer mundo, para cambiar nombres a las calles o lugares seguro hasta el presidente municipal más inepto del país logra hacerlo, pero para trasformar en lugar de primer mundo se requiere a uno que no tenga que gastar meses tratando de convencer a los ciudadanos que esta bien lo que hacen.

Cualquier candidato sólo tiene que prometer regresar el nombre y quitar los baches para ganar la próxima elección, si a eso le aunamos que de entrada aumentaron los impuestos y que hasta los que acaban de comprar placas tendrán que pagarlas de nuevo pues han comenzado a cavar su tumba, se irán como muchos otros con pena y sin gloria, como los gobernantes que son, creyendo que sangrando al pueblo y con palabras se hacen las trasformaciones.

La gente quiere que se invierta en maquinaría que deje cada calle en un lugar mejor para vivir, que los camiones sean dignos, que no tenga que rogar que los baches se reparen, que tampoco tengan que preguntarse si llegan a casa todas las noches, si tendrán para que cada uno de sus hijos tenga para la escuela, para comer algo rico y saludable y un techo donde dormir tranquilo sin preocuparse de que entren los ladrones a mitad de la noche. Si de verdad creen que lo más urgente que tenía Bahía era cambiar el nombre a Nuevo Nayarit nos espera un largo trienio con más errores que aciertos y en menos de lo que creen festejaran que se van y que sea por el mismo rumbo donde otros alcaldes ya han pasado sin dejar huella. Por lo pronto ya vimos de que esta hecho el gobernador, sometió a un gobierno que decía mucho pero que ya vimos que sólo era hablador, al final levantó la mano y los sentó, ni siquiera tuvo que hacer algo, con sólo amenazar basta y sobra, someterse no es malo, al final no quieren una revancha del gobernador contra un municipio, al que tampoco le dan mucho, pero con que no quite ya es bastante.