La tragedia.

“Gritos desgarradores, llantos, lamentos desde los escombros y dentro de los vagones”... Narró un testigo que sobrevivió a la tragedia, no fueron 24 personas, eran madres de familia, hijas, esposos, hijos con nombres, apellidos seres que esperan en sus casas y que nunca llegaron con bien, otros con muchas ganas de vivir esperan pronto salir del hospital, el tren se colapsó sin ningún sismo, desde 2017 reportaban fallas los vecinos y alarmados advirtieron que pasaría y en 2020 determinaron que no había falla alguna.

La tragedia anunciada les dio a las autoridades un golpe en la cara, les patea la negligencia, esas muertes de hoy fueron un duro golpe para 24 familias, millones de personas hoy vivieron el caos al no poder trasladarse a sus lugares de trabajo o reuniones, simplemente no se podía transitar por muchas de las zonas de La Ciudad de México.

Lo cierto es que no hay responsables de la tragedia, solo hay irresponsables que no dan la cara, un intento por desviar la atención a una empresa que daba mantenimiento se les volvió en contra al estar también relacionado Marcelo Ebrard y se volvió a dejar de lado.

La obra nunca estuvo bien hecha, luego de inaugurarse se gastaron millones en reparar la obra aún cuando ni se usaba, bastantes denuncias en todos lados y se gastaron otros millones en peritajes que arrojaron que no había fallas, todos mostraban fotos desde el 2017, las evidentes estructuras dañadas y niveles que no eran normales pero poco faltó para decir que ni en Japón tenían un metro tan eficiente, se hubieran ahorrado millones si desde un principio acuden con los vecinos de la línea 12 que denunciaron.

Lo que duele en la ciudad de México es la corrupción, el maquillar las cosas aparentando que no pasa nada, hasta que pasa y mueren personas.

Columna por César Langarica Santana.