Para los Reyes Magos los cachorros de perro o gato no son un juego

Por estos días se están redactando miles de cartas para dirigidas a los Reyes Magos, y en las peticiones frecuentemente está el deseo de un cachorro de perro o gato, sin embargo y de acuerdo con el médico veterinario Fausto Reyes Delgado, director de Desarrollo Institucional, Comunicación y Educación del Hospital Veterinario UNAM-Banfield se deben de seguir algunas recomendaciones.

El especialista en veterinaria asegura que la decisión de agregar un ser vivo la familia requiere de acuerdos y aunque pareciera fácil tomar la decisión de cumplir los sueños de los niños, es muy importante se consideren diversos factores:

“Antes de incorporar una mascota a un núcleo familiar, se debe realizar, en primera instancia, una visita al médico veterinario y tener una conversación extensa con él pues este especialista puede orientar sobre cuál es el animal más adecuado para las capacidades económicas, sociales y de tiempos disponibles del futuro hogar”.

Cuando se pasa por alto esa primordial recomendación existe el riesgo de que tanto el niño como los demás integrantes de la familia no tengan clara la responsabilidad y compromiso que significa una vida más a su cargo o simplemente no están convencidos de hacerse responsables, en conjunto, de las tareas que implica tener una mascota en su casa y en su vida.

Se trata de acciones simples desde quién alimentará al cachorro dos o tres veces al día, quién lo bañará, quienes serán los proveedores de los servicios médicos como son sus vacunas, desparasitación, esterilización y más.

Además, hay que sumar a los cuidados los costos de comida, visitas al veterinario que incluso pueden incrementarse si la mascota enferma y requiere alguna cirugía que, evidentemente no estaba contemplada en el presupuesto original, hace que sea de vital importancia decidir concienzudamente si es buena idea obsequiar el “regalo” solicitado en la carta.

Fausto, afirma que los Reyes Magos deben estar conscientes de que se trata de un compromiso de al menos 10 años de convivencia, atenciones y mucho amor. Desafortunadamente, cuando llega la mascota a casa no es una decisión consensuada que puede terminar en frustración y abandono, las mascotas son arrojadas a la calle, lo que origina un grave problema de salud pública y por supuesto maltrato animal.