Cuando Mirtha nos cuida

Desde que Mirtha tomó la presidencia Bahía es un caos, pero lo que más duele es ver la indiferencia con la que suceden los homicidios, pueden asesinar a un joven, un niño en la plaza de San José y ni quiera son capaces no de perseguir a los asesinos, de encontrar al joven sin vida.

Son tan incapaces aún con las arcas llenas de dinero no pueden ni siquiera eliminar los baches, su propio novio es acusado de violación y escapar impunemente, al mismo tiempo que según las versiones de la joven abusada están obligados a darle informes y cuentas como si fuera un funcionario de su gobierno.

El poder detrás del trono, para nadie es un secreto que era el quien mandaba, ordena y disponía en Bahía, si era el quien mandaba que hace Mirtha? Si el novio manda, todos estamos intrigados entonces que funciones realiza la presidenta? No tenemos muchos datos que desde la alcoba se tomen las decisiones en uno de los municipios más importantes del municipio.

Pero si el novio anda huyendo debería aprovechar para darnos muestra de que es ella y nadie más quien manda, aunque el gobernador diga otra cosa, al menos rendir cuentas sobre unas letras para el municipio que aún cuando costaron millones ni siquiera pueden tener ya no digamos terminadas, al menos limpio.

Pero si el lugar luce abandonado y horrible dando una bienvenida terrible a un municipio turístico que recibe turismo de alto nivel rumbo a Punta Mita.

A un costado el antiguo edificio es nido de malandrines, lleno de orines y grafiti, cayendo a pedazos es la muestra de su gobierno, con mucho dinero y poco talento, eso si buena para correr a quien le opine diferente, ojalá sus funcionarios tuvieran la suerte de que salgan corriendo detrás de ellos como de su novio por toda la avenida hasta el aeropuerto.

Si le pusiera el mismo empeño a su trabajo que a su relación otro Bahía nos tocaría ver, por eso en el gobernador hay muchos nombre pero en su mente no esta dejar que Mirtha sea otra vez presidenta, pero con eso de que no puede gobernar Nayarit capaz que ni detenerla pueda, pobre Nayarit y pobre Bahía.

Redacción: César Langarica 
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